Antojos por comida, ¿Cómo evitarlos?

El hambre es una señal fisiológica que indica a nuestro organismo que hace falta el combustible que le dará vida: la comida, por lo que es común y normal sentirla, así como satisfacer el apetito con alimentos deliciosos para nuestros sentidos. Al terminar de comer, nuestro cuerpo debe sentirse lleno de energía y listo para continuar con las actividades diarias, sin embargo, ¿qué pasa cuando parece que no alcanzamos esa saciedad?

El hambre está diseñada para la supervivencia humana, que puede descontrolarse al punto de que esta sea desesperante, apremiante, que parece que nunca tendrá fin. Probablemente todos conocemos a una persona que no puede dejar de comer, incluso tal vez seas tú quien ve mide el tiempo con base en la comida: hora de desayunar, hora de comer, descanso para un postre, y así podemos seguir el día entero.

Agenda tu cita

Lo peor no es ver cómo, junto con el hambre, tu vientre, brazos y piernas comienzan a incrementar su volumen, sino que cada vez te sientes más pesado, más insatisfecho y menos feliz… hasta que llega el momento de comerte esa dona de chocolate y el ciclo vuelve a empezar.

Apetito, antojos y hambre emocional

Podemos diferenciar el apetito con esa necesidad fisiológica que mencionamos al inicio. El cerebro manda una serie de señales al resto del cuerpo para indicar que hace falta combustible: dolor de estómago, mareo, mal humor, cansancio, bostezos, entre otros. Entonces, vamos a la nevera, al restaurante o cocinamos un delicioso platillo que nos sacia y devuelve la energía por un par de horas, hasta que se repite el proceso.

Agenda tu cita

Pero, cuando hablamos de antojo, tu cuerpo no está pidiendo a gritos una dona de chocolate: es tu cerebro adicto al azúcar, que te recuerda esa necesidad imperiosa por un alimento que actúa como estimulante, llevándote al extremo pero sin aportar un solo beneficio nutricional, porque probablemente no logres satisfacer tu apetito y acabes comiendo más de la cuenta: más grasa, más azúcar, más calorías.

Esto último se relaciona con la ansiedad por comer y el hambre emocional, en donde comes sin realmente tener hambre. Es un trastorno alimentario en el que los conflictos emocionales llevan a la persona a un punto en que no puede controlar ni resolver y necesita ayuda externa para olvidarlos.

Considera dejar el azúcar para romper este ciclo y mejorar tu relación con la comida.

Agenda tu cita

El hambre emocional se caracteriza por esa necesidad de comer, esos antojos impulsivos, descontrolados, que pueden llevarte a bajar por la noche a comer frenéticamente, pero sin que nadie te vea porque probablemente te sientas culpable después de un atracón. Incluso puedes buscar cómo dejar de comer pan, dulces, chocolates, sodas o frituras, pero al no controlar primero tus emociones, lo más probable es que cada intento termine en un nuevo fracaso.

Entonces, ¿Cómo controlar esos antojos desmedidos?

En primera instancia, debes comprender que el hambre emocional no es parte de un proceso natural, sino de conflictos emocionales: ansiedad, depresión, miedo, ira, y que para solucionarlos probablemente necesites acudir con un profesional para atacar el problema de raíz y dejar de refugiarte en la comida.

En Abrahamson Center queremos que recuperes tu salud, tu calidad de vida y tus deseos de vivirla plenamente. Por ello te invitamos a contactarnos para agendar una cita y conocer el Método Abrahamson, en el cual, con una sola sesión, podrás olvidarte de la ansiedad por la comida a través de una terapia energética que te hará sentir tan feliz como no habías podido imaginar.

¡Contáctanos hoy mismo, con gusto te ayudaremos!

Agenda tu cita

Deja un comentario