Cada vez más el mundo encuentra soluciones a muchas de las necesidades y urgencias del ser humano, dando aparentes respuestas y proporcionando bienestar. Pero también es cierto, que las personas se enferman más, viven más estresadas, deprimidas y ansiosas. Nuestros hábitos han cambiado y la velocidad con la que se vive es otra.
¿Qué es lo que buscamos cuando queremos avanzar tan rápidamente a costa de nosotros mismos?
Estudios de la OMS muestran que en el siglo XXI la exposición ambiental ha aumentado de forma contínua, conforme la creciente demanda de electricidad, el constante avance de las tecnologías y los cambios en los hábitos sociales, han generado más y más fuentes artificiales de campos electromagnéticos.
Los campos electromagnéticos no son nuevos, vienen integrados a nosotros mismos, incluso, por ejemplo, los nervios emiten señales mediante la transmisión de impulsos eléctricos, la digestión como proceso bioquímico también trasmite información a través de las actividades cerebrales, el corazón, también, presenta actividad eléctrica, que los médicos pueden detectar mediante los electrocardiogramas. Pero las frecuencias que son emitidas por los aparatos que hemos creado producen corrientes circulantes en el organismo. La intensidad de estas corrientes depende de la intensidad del campo magnético exterior. Si es suficientemente intenso, las corrientes podrían estimular los nervios y músculos o afectar a otros procesos biológicos.
Efectos sobre nuestra salud
Nuestro organismo dispone de mecanismos complejos que le permiten ajustarse a las numerosas y variadas influencias del medio en el que vivimos. Pero los cambios continuos hacen que nuestro sistema se agote y no encuentre siempre mecanismos adecuados para compensar los efectos de lo que ocurre externamente, y es cuando la exposición continua puede llegar a suponer efectos importantes y poco agradables en nuestra salud.
Y no es ajeno, para muchas personas que son más sensibles a este fenómeno, los síntomas que ya se presentan atribuidos a este exceso de exposición como dolores de cabeza, ansiedad, suicidio, depresión, náuseas, fatiga y pérdida de la lívido. Las pruebas no lo presentan tan claramente, pero el smog o polución no solo del aire sino de todo aquello que perturba el sistema humano presenta, cada vez más, múltiples consecuencias.
Lo Clave
- Existe una amplia gama de influencias del medio que producen efectos biológicos. Y un posible daño o deterioro de la salud, se sigue investigando para lograr encontrar el balance energético.
- El principal efecto de los campos electromagnéticos de radiofrecuencia es el calentamiento de los tejidos del organismo.
- No cabe duda de que la exposición a corto plazo a campos electromagnéticos muy intensos puede ser perjudicial para la salud. La preocupación actual de la sociedad se centra en los posibles efectos sobre la salud, a largo plazo, de la exposición a campos electromagnéticos de intensidades inferiores a las necesarias para desencadenar respuestas biológicas inmediatas.
- A pesar de las abundantes investigaciones realizadas, hasta la fecha no hay pruebas que permitan concluir que la exposición a campos electromagnéticos, de baja intensidad, sea perjudicial para la salud de las personas.
- Las investigaciones internacionales se centran en el estudio de posibles relaciones entre el cáncer y los campos electromagnéticos, por frecuencias de radio y de red eléctrica.
Aunque los estudios aún no muestren concretamente los daños, no quiere decir que no existen, lo mejor es la precaución, y protección.