La pregunta recurrente cuando se trata de la adicción a fumar es ¿por qué la gente comienza a fumar y por qué es difícil dejar el hábito?
Lo primero que se dice es que en la mayoría de los casos se comienzan el hábito cuando eran adolescentes y lo iniciaron porque sólo querían probar o porque les parecía ‘chévere’ y, hasta que lo hicieron para entrar ‘en la moda’.
¿Por qué las personas fuman?
La razón por la cual las personas fuman puede deberse en su mayoría a los efectos adictivos de la nicotina y su acción en el cerebro al estimular la liberación de dopamina, provocando una sensación de placer y alivio a malestares emocionales y hasta físicos.
¿Quiénes son más propensos a fumar?
Estudios revelan que las personas que empiezan a fumar durante la adolescencia son más propensas a formar el hábito y mientras más joven inician esta práctica, más probabilidades hay de convertirse en un adicto a la nicotina.
Por ejemplo, según el Informe del director general de Salud Pública de los Estados Unidos emitido en 2014, casi 9 de cada 10 fumadores adultos comenzaron el hábito antes de los 18 años.
El informe calcula que aproximadamente 3 de 4 fumadores de la escuela preparatoria (superior) se convertirán en fumadores adultos (incluso si intentan dejar de fumar en unos pocos años). Sin embargo, existen más factores que pueden influir y volver a unas personas más propensas a convertirse en fumadores:
- Herencia genética. El aspecto más sorprendente de ser proclive a consumir tabaco, son los factores genéticos, sin duda, porque son circunstancias que no podemos evitar. Se ha encontrado que ciertas personas son más susceptibles a la nicotina y los efectos adictivos que produce.
- Entorno social. El ambiente en donde se desarrolla la infancia y la adolescencia de un menor puede ser determinante para comenzar y mantenerse en el hábito de fumar. Si los padres o alguno de ellos fuma, esta práctica será vista como un modelo a seguir o como una actividad natural. Los amigos cercanos y el resto de la familia pueden tener el mismo efecto si se fuma, sobre todo, si se hace en presencia de los menores.
- Depresión o ansiedad. Los efectos placenteros que tiene la nicotina en el cerebro son especialmente adictivos para personas con depresión o ansiedad; pues simplemente, reduce el estado de ánimo depresivo.
- Adicciones. El cigarro puede ser el inicio para probar sustancias adictivas mayores como alcohol o drogas. Sin embargo, una persona no fumadora que convive en entornos donde hay drogas y alcohol, será fácilmente influenciada para fumar.
Presión social para fumar
Además del entorno cercano de las personas, no podemos dejar de mencionar el aspecto social, el cual algunos aseguran es una de las razones por que las personas fuman.
En primer lugar, tenemos la industria tabacalera que cada año gasta miles de millones en publicidad y marketing la cual termina influyendo en la percepción de sus productos. Aunque en la actualidad, sus anuncios no son tan directos ofertando sus productos, sus estrategias terminan colocando al hábito de fumar como un símbolo de elegancia, emocionante, incluso demeritan sus riesgos.
Por si fuera poco, la presencia del tabaco en películas, series y la televisión prácticamente no tiene limitantes. El ver fumar a personajes idolatrados por niños y jóvenes puede influir en los menores a comenzar con este hábito.
Mientras, por otro lado, lo más reciente que es el cigarrillo electrónico y otros dispositivos de alta tecnología para vapeo (“vaping”), son los que están muy de moda y han provocado que su consumo vaya en aumento.
Estos cigarrillos electrónicos hasta representan para los nuevos consumidores una gran manera de aprender a inhalar e iniciarse como adictos a la nicotina. Lo que muchos de ellos no identifican es que es un paso firme para convertirse en fumadores.
¿Por qué es difícil dejar de fumar?
La adicción al cigarro se debe en su mayoría a la nicotina, pues se trata de una sustancia con propiedades altamente adictivas. Además, el hábito de fumar se relaciona con las actividades diarias de la persona y se convierte en un modo de vida.
Por si fuera poco, cuando una persona intenta dejar de fumar, pueden aparecer el síndrome de abstinencia con emociones como ansiedad, irritabilidad y hasta depresión.
¿Por qué fumar se convierte en una adicción?
Pero ¿por qué es tan difícil dejar el hábito? La respuesta principal es que la adición a la nicotina es sumamente poderosa. Es tan negativa la nicotina que suele afectar el comportamiento de un fumador, el estado de ánimo y hasta sus emociones.
La nicotina es la sustancia dentro del cigarro que provoca adicción. Al inhalar el humo de cigarro, la nicotina llega a la sangre y ésta la transporta al cerebro. La nicotina en el cerebro estimula la liberación de dopamina, una sustancia relacionada a las sensaciones placenteras y el buen humor.
Las personas que comienzan a desarrollar una adicción a la nicotina experimentan una sensación de ansiedad, irritabilidad y hasta depresión, tan sólo a las pocas horas de haber fumado. El resultado es que el fumador, enciende otro cigarro, siente alivio a su necesidad física y a sus emociones y el ciclo comienza de nuevo.
Con el pasar del tiempo, los fumadores comienzan a experimentar resistencia a la nicotina. Esta situación los motiva a aumentar el número de cigarros que fuman al día para conseguir la misma sensación placentera.
Además, el fumar se empieza a relacionar a las actividades diarias, con las sensaciones agradables, se vuelve un hábito y un modo de vida, por lo cual es más difícil para los fumadores romper con esta adicción.
En el estudio de 2014 hecho por la Dirección General de Salud Pública de los Estados Unidos arrojó que alrededor de 2 de cada 3 fumadores expresan que quieren dejar de fumar y aproximadamente la mitad trata de dejar de fumar cada año, pero pocos lo logran sin ayuda. Este bajo número se debe a que los fumadores no sólo se vuelven físicamente dependientes de la nicotina, sino que también existe una fuerte dependencia emocional y psicológica.
Dependencia psicológica a fumar
Otra razón porque las personas fuman es la relación existente entre la nicotina y las sensaciones psicológicas de los fumadores. Se trata de un vínculo tan estrecho que algunos especialistas, urgen en investigar este aspecto en el tratamiento para dejar de fumar.
Seguro has escuchado a una persona decir que fumar lo relaja, pues es sólo una de las varias sensaciones psicológicas que experimentan. Los fumadores aseguran que el cigarro los tranquiliza, mejora su humor y hasta estimula su creatividad.
Por si fuera poco, el hábito de fumar se asocia a otras actividades diarias como comer, hablar por teléfono, conducir, momentos de relajación o convivencias con los amigos.
Estar consciente de que el cigarro nos provoca sensaciones placenteras, pero a costa de nuestra salud y provoca adicción es fundamental para dejar de fumar. Además, identificar las situaciones de riesgo, es decir actividades en el día donde solíamos fumar y tener una estrategia para enfrentarlas aumenta en demasía nuestras posibilidades de dejar de fumar.
Síndrome de abstinencia
Los síntomas del síndrome de abstinencia, puede ser la razón habitual de una recaída en las personas que intentan dejar de fumar. Los síntomas más comunes al dejar de fumar son:
- Ansiedad
- Irritabilidad
- Depresión
Pero también se pueden ver acompañados por trastornos del sueño y de alimentación, cansancio, falta de aire, problemas de concentración y hasta aumento de peso. En el artículo ¿Cómo calmar la abstinencia al cigarrillo? Te contamos más sobre estos síntomas y cómo podemos hacerles frente.
¿Cómo saber si tengo una adicción?
Una vez que explicamos, por qué las personas fuman, existe otra duda común entre fumadores, y es ¿cómo puedo saber si tengo una adicción?
Sin duda alguna, nunca es recomendable fumar, pero si lo hiciste una vez y no has vuelto a repetirlo, es claro que no tienes una adicción. El tema se vuelve más complicado cuando eres un fumador esporádico o social, es decir sólo fumas en fiestas o cuando convives con amigos.
Para saber si tienes una adicción a fumar, te compartimos algunos síntomas:
- No puedes evitar fumar. La primera señal de una adicción al cigarro es cuando no eres capaz de no fumar, es decir lo has intentado y recaes en cada intento.
- Síntomas de abstinencia. Si al intentar dejar de fumar, experimentas sensaciones como irritabilidad, estrés o ansiedad, lo más probable es que tengas una adicción.
- Afectas tu vida social. Si en espacios libres de humo o en fiestas familiares, dejas la reunión para fumar, es un síntoma claro de adicción.
- Pones en riesgo tu salud. Si estás consciente de los daños a tu salud e incluso has experimentado algún problema y no eres capaz de dejar de fumar, es claro que tienes una adicción al cigarro.
Como puedes darte cuenta, las respuestas al por qué las personas fuman son variadas, y todas tienen que ver con una fuerte adicción. Sin duda, para dejar de fumar sin ayuda es importante formular estrategias para afrontar las situaciones de riesgo y los síntomas de abstinencia, así como mucha fuerza de voluntad y el apoyo de familiares y amigos.
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